Teoría del caos: es el resultado de un evento
depende de varias variables, el comportamiento de estos no se puede predecir
con total precisión, siempre hay un margen de error, un lugar para el azar, un
batir de alas que lo cambia todo en el último momento.
Teoría del conectivismo: se enfoca en la
inclusión de tecnología como parte de nuestra distribución de cognición y
conocimiento. Esta teoría nos demuestra como continuamente nueva información es
adquirida dejando obsoleta la anterior. La que es trivial. El aprendizaje y el
conocimiento se genera en la diversidad de opiniones.
Fue el matemático
James Yorke quien introdujo en 1975 el término caos en el campo
científico en su artículo “Período tres implica caos” (2). Yorke
estudiaba la evolución de una población de insectos, gracias a ciertas
funciones de transición de una generación a otra, encontrando que a largo plazo
podía ser completamente irregular e impredecible aún si dichas funciones
eran simples. A este fenómeno le llamó caos y encontró una situación
semejante a la descrita en 1963 por el modelo meteorológico del físico
Edward Lorenz , quien utilizando tres parámetros y cálculos computacionales
observó que para dos situaciones muy próximas en un momento determinado
el sistema meteorológico podía evolucionar en direcciones radicalmente
diferentes. Había redescubierto el fenómeno de “sensibilidad a las
condiciones iniciales” evidenciado por el matemático francés Henri
Poincaré hacia 1903 cuando estudiaba el comportamiento de tres cuerpos
celestes sometidos a la gravitación.
El mismo Lorenz está
al origen del término “efecto mariposa” con su ponencia “Predicción: el aleteo
de las alas de una mariposa en el Brasil puede desencadenar un tornado en
Texas? (1972). Con el tiempo se han cambiado los nombres de Brasil por
Pekín y de Texas por Nueva York, y se espera una nevada y ya
no un tornado. Algunos economistas, por su parte, gustaban repetir en otro
contexto que “cuando estornuda Estados Unidos el planeta se resfría”, pronto
habrá que referirse más bien a China cuando pase a ser la primera economía
mundial.
El término caos tuvo
un éxito fulgurante y fue retomado por la comunidad científica para pretender
explicar las más variadas situaciones de desorden. Por su parte el
paradigma determinista de Laplace (siglo XVIII) de la previsión
absoluta (“dada la posición y la velocidad de todas las partículas del universo
se podría predecir el futuro”) caía abatido.
El matemático francés
Benoit Mandelbrot inventó en los años 70 del siglo pasado los fractales,
objetos geométricos cuyo patrón se repite a diferentes escalas, por ejemplo un
helecho, si tomamos una rama parece un helecho pequeño y así sucesivamente.
Esta es la geometría del caos.
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