DISCUSIONES DE LA RELACION MENTE-CEREBRO

 El problema mente-cerebro está ligado al llamado “problema difícil de la Consciencia”, que separa aspectos mentales considerados más “fáciles” de explicar (atención, percepción de objetos) que aquellos que todavía son un misterio para la ciencia (percepción del “Yo”, subjetividad).

El problema mente-cerebro (o mente-cuerpo) existe porque esas dos entidades aparentan ser cosas completamente distintas. Mientras el sistema nervioso tiene propiedades físicas (masa, volumen) y está sujeto a las leyes de la física (gravedad, entropía), la mente no. Imaginar eventos futuros no pesa. Una creencia no oxida.

Existen muchas teorías sobre la naturaleza de lo mental, pero es posible agruparlas en tres enfoques: reduccionismo, funcionalismo y fenomenología.

El primero intenta reducir la mente a los procesos cerebrales. Algunos, como Paul y Patricia Churchland, llevan esa reducción al extremo, sugiriendo que la mente es apenas un problema lingüístico, y ni siquiera existe. En el funcionalismo, el foco son las funciones que ejecuta el sistema nervioso –o sea, la mente es lo que hace el cerebro. Esa es la posición de filósofos como Daniel Dennett. Y en la perspectiva fenomenológica residen las teorías que se niegan a reducir la mente al cerebro incluyendo, aunque no limitándose a, teorías dualistas.

Dualismo sustancial de Descartes: Mente y cuerpo y el planteamiento moderno: mente y cerebro

Para Descartes, hay dos sustancias creadas diferentes, el cuerpo y el alma (a la que también denomina 'mente'). La esencia del cuerpo es la extensión; mientras la del alma o mente es el pensamiento. El cuerpo es espacial, el alma no tiene extensión.

La nueva ciencia de Galileo tiene como consecuencia una nueva concepción de la Naturaleza que desplaza la antigua concepción teleológica del Cosmos, sustituyéndola por una concepción mecanicista, en la que la cuestión de los fines queda totalmente relegada. El Cosmos es concebido como un mecanismo de fuerzas en el que los cuerpos se influyen recíprocamente según leyes puramente mecánicas. Es posible conocer matemáticamente las leyes que producen los fenómenos naturales, sin necesidad de plantearse la cuestión de la finalidad última de tales fenómenos. La concepción teleológica exigía elaborar teorías generales que explicaran la totalidad del universo. La concepción mecanicista se limita a elaborar teorías particulares de un conjunto limitado de fenómenos.

En el marco de esta concepción mecanicista del Cosmos, Descartes elimina la noción clásica del alma como principio de vida y movimiento, estableciendo una distinción radical entre el alma y el cuerpo. El alma es puro pensamiento pero carece de extensión. Los cuerpos son extensos y se rigen por causas puramente mecánicas pero son incapaces por completo de pensar. Alma y cuerpo son dos sustancias de naturaleza totalmente distinta y se encuentran separados. No hay ya un alma vegetativa o sensitiva que posibilite y regule las funciones de los seres vivos y los dirija hacia un determinado fin, sino que son puros mecanismos cuyo funcionamiento es posible explicar mediante leyes mecánicas. El alma es algo totalmente diverso: una mente pensante que no se rige por leyes mecánicas sino por leyes lógicas que están impresas en la mente en el momento del nacimiento.

El dualismo sustancial de Descartes tiene importantes consecuencias:

1) Hace posible una explicación mecanicista del Cosmos, independiente por completo de la religión. La regularidad mecánica de los fenómenos naturales hace posible su conocimiento científico.

2) Afirma la total libertad del pensamiento humano, ya que al ser la mente una sustancia totalmente distinta del cuerpo, no está sometida a las leyes mecánicas.

3) Se hacía posible el estudio autónomo de la mente humana, ya que los fenómenos mentales no podían ser explicados como los fenómenos físicos y la introspección es el único acceso posible a los contenidos de la conciencia.

Pero la separación radical entre mente y cuerpo que hacía posible la nueva ciencia introducía un problema de difícil solución: Si alma y cuerpo son dos sustancias enteramente distintas, ¿cómo las afecciones del cuerpo pueden producir las ideas de la mente y cómo las ideas de la mente pueden producir acciones del cuerpo?

El problema de la relación entre la mente y el cuerpo sólo surge en los seres humanos, ya que, según Descartes, la única evidencia de que algo tiene mente es la posesión de lenguaje, por lo que ni los animales ni las máquinas tienen mente.



Estudio neurobiológico de la conciencia

Desde la neurociencia se ha tratado de entender como el cerebro es capaz de producir la mente ya que los procesos mentales se consideran como propiedades emergentes de los procesos cerebrales (Gazzaniga y Heatherton, 2008; Gazzaniga y Mangun, 2014; Llinas, 2008). Posiblemente, en los últimos años, la neurociencia haya sido la disciplina que más ha contribuido a esclarecer el problema clásico de la relación entre la física y la química del cerebro con la conciencia del mundo que nos rodea.

Tradicionalmente las neurociencias han estado alejadas del estudio de los fenómenos mentales; partiendo del principio materialista de que la mente era un producto del cerebro, resultaba coherente creer que un profundo conocimiento del funcionamiento del cerebro, proporcionaría un conocimiento exhaustivo de la mente. Pero hoy las cosas han cambiado significativamente y el avance de las neurociencias ha proporcionado nuevas herramientas para enfocar estas cuestiones de otra manera. El trabajo sobre registro de la actividad neuronal unitaria posibilitado por las nuevas tecnologías está permitiendo explicar la vida mental desde el funcionamiento del cerebro.

Las nuevas tecnologías que permiten ver el cerebro en funcionamiento e identificar las áreas cerebrales implicadas en la realización de una tarea psicológica controlada, han posibilitado el surgimiento de nuevas líneas de investigación sobre la relación cerebro-mente y están revolucionando nuestro conocimiento sobre el funcionamiento del cerebro, "...la Neurociencia Cognitiva ya está permitiendo plantear cuestiones nuevas sobre la mente y el cerebro y, probablemente, también nuevos caminos para responderlas" (Ruiz-Vargas, 1999, p.15).

Roger Sperry (1913-1994), reconocido con el premio Nobel de Fisiología y Medicina, en 1981, por sus trabajos acerca de las funciones de los hemisferios cerebrales, afirmó que:

Las ciencias del comportamiento y del cerebro no eliminan los valores humanistas, como el de la libertad, ni tampoco dejan a la mente y a la conciencia como simples subproductos o epifenómenos de mecanismos cerebrales. Las ideas son tan reales como las neuronas y pueden tener fuerza causal. Mente y conciencia ocupan una posición de alto control sobre los procesos del cerebro (2000, p.1).



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